FILOSOFÍA

El Gimnasio Cerromar basa su labor educativa en una visión humanista del ser humano, fundamentada en los principios de la Iglesia Católica. Su misión es formar integral y personalmente a cada estudiante, desarrollando sus capacidades, superando sus debilidades y promoviendo la libertad responsable.
Se busca preparar a los alumnos para transformar positivamente la sociedad, enriquecerla culturalmente, trabajar con excelencia y formar familias con base en Dios. Esta formación se sustenta en la práctica de virtudes, entendidas como hábitos buenos que impactan tanto al individuo como a la sociedad.
La educación es válida cuando promueve un desarrollo armónico de la inteligencia, la afectividad y la voluntad, formando personas virtuosas capaces de convivir y contribuir al bien común. Por ello, el ejemplo del equipo educativo es esencial para guiar a los estudiantes desde la vivencia y la coherencia.
Frente a los desafíos actuales, el colegio implementa una educación por competencias, entendida como la capacidad de actuar con conocimiento, comprensión y responsabilidad en contextos reales. Se fomenta el aprendizaje autónomo y la autorreflexión para potenciar el proceso educativo.
La educación es también un proceso de socialización, donde los estudiantes se integran a la sociedad y contribuyen a su transformación. Existe una relación dinámica entre educación, cultura y sociedad, en la que cada una influye y transforma a la otra.
Ser competente implica saber hacer, entender lo que se hace y asumir sus consecuencias, apoyado en las diferentes inteligencias. El aprendizaje se concibe como un proceso que transforma el conocimiento, la conducta y las estructuras mentales, generando incluso cambios neuronales.
El plan no es algo decorativo, debe vivirse totalmente. El Ambiente es un mecanismo interno de costumbres y de criterios, un estilo, una manera de ser que lo hace diferente, construido sobre el espíritu de sana libertad; lleva consigo, inculcar un serio sentido de responsabilidad; un modo de proceder y una conducta que sea consecuencia de convicciones arraigadas y libremente queridas. Ese clima no es posible sin la presencia real y constante de la autenticidad. Un colegio es lo que son sus directivos, docentes, educandos, padres de familia, administrativos y un poco más. La exigencia de autenticidad no se limita a la actividad externa.
Para estar en contacto con la vida, el directivo, el administrativo, el educador y el padre de familia Cerromarense, además del espíritu cristiano, requiere un entrenamiento diario de su carácter, de su autoridad, prestigio, de una actitud segura y prudente que exige su misión de formar a los educandos y de orientar a sus colaboradores, a las familias y a sus equipos de trabajo, fomentar el respeto, la generosidad, el entusiasmo, el espíritu de sacrificio, la firmeza en sus propósitos, principios, criterios, la serenidad, el equilibrio de ánimo, la juventud espiritual, y sobretodo aparecer ante la comunidad educativa tal como son, con sus defectos y virtudes, exigirse para lograr sus metas y caminar hacia la excelencia personal (formación en servicio).
Son sus directivos, docentes y administrativos los únicos capaces de generar y marcar su diferenciación frente a otros buenos y excelentes centros educativos de la ciudad, de la región; vale la pena preguntarse: ¿Qué es lo que hace diferente a GIMNASIO CERROMAR frente a otros centros educativos de la región?
Si el plan de estudios, el de formación humana y el ambiente propio son los pilares de la vida del GIMNASIO CERROMAR, se comprende que en él confluyen, de hecho y no sólo en teoría, las vidas de los educandos, padres y educadores en unidad de criterios, sacrificios, intensiones. Solamente con una real confluencia es posible el respeto de la personalidad del educando por una parte, y la tarea eficaz por otra, de calibrar e impulsar la riqueza espiritual que todos y cada uno ha recibido de Dios, de la que son inalienables portadores.
En GIMNASIO CERROMAR, la familia desempeña un papel decisivo, en su seno se desarrolla lo más real y vivo de la existencia del educando, por grande que sea la influencia del colegio en la vida de ellos su labor no podrá tener la continuidad, el peso y la intimidad que tiene el ambiente y el ejemplo de ella. Colegio y familia comparten la misma tarea; pero si no logra incorporarlas en la realización de las metas propuestas, su tarea da resultados exiguos. Si el colegio ha de contar entre las responsabilidades que sobre él recaen, debe extender sus raíces de una manera activa hasta los hogares.
Este proyecto educativo ha sido construido por sus fundadores y directivos con ideas tomadas y asimiladas del pensamiento pedagógico de San Josemaría Escrivá de Balaguer fundador del Opus Dei, canonizado el 6 de octubre de 2002, y que motivó la fundación de numerosos centros educativos en Colombia y en muchas ciudades importantes de los cinco continentes.
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